Una pareja de recién casados en su noche de bodas. Él va al baño a lavarse los pies porque le dolían una barbaridad, se frota con lejía y sale. Al momento va ella y se enjuaga la boca, porque también le dolía un montón. Cuando ya están en la cama, le dice él a ella: -Mi amor, tú nunca me engañarías, ¿verdad?- Claro que no, cariño. – Pues dime la verdad: ¿tú te has comido los calcetines que yo he dejado en el lavadero?